En esta presentación el médico psiquiatra egresado de nuestro Departamento y académico de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, Dr. Andrés Rojas, comenta los aspectos farmacológicos de la ketamina, la evidencia científica disponible para su uso en la depresión resistente al tratamiento, en la depresión bipolar y en la suicidalidad; y se refiere a cómo hacer uso de este fármaco.
La Ketamina es un anestésico utilizado, desde hace más de 50 años, principalmente en el ámbito veterinario. Sin embargo, a partir del 2000 se publicaron los primeros y prometedores estudios sobre su uso en personas que presentaban un episodio depresivo mayor, dando pie a la realización de múltiples investigaciones sobre el uso de este fármaco en el tratamiento de trastornos del ánimo y, en particular, de depresión resistente al tratamiento.
Fue así que luego de diversos estudios, en el año 2019, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), aprueba el uso de la Esketamina, fármaco desarrollado a partir de la ketamina, para el tratamiento de la depresión que no responde a otros tratamientos.
De acuerdo al Dr. Andrés Rojas, académico de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, este hito se volvió particularmente relevante, ya que dentro de las personas con depresión, aquellos pacientes resistentes al tratamiento constituyen “el subgrupo con más costos asociados, directos e indirectos, representando aproximadamente un 30 a 40 por ciento de los pacientes con depresión, y son particularmente difíciles de tratar, sobre todo en los niveles primarios y secundarios de atención. Por lo tanto, son un grupo que requiere respuestas terapéuticas para su tratamiento”.
De acuerdo al especialista, hasta la fecha, la evidencia científica es favorable para el uso de ketamina y esketamina tanto para la depresión resistente al tratamiento como para la depresión bipolar. Por otro lado, si bien la evidencia respecto a su efecto antisuicidal es robusto, aún sigue siendo breve, por lo mismo “se necesitan más estudios y hasta ahora no ha sido posible determinar un efecto antisuicidal clínicamente significativo”, indicó el psiquiatra.
Y agrega que aún sigue siendo necesario hacer estudios de mayor calidad y mejorar el perfil de los pacientes aptos para recibir este tipo de tratamiento.
Ve el video de la presentación, a continuación: